Nosotros no vamos a Armentia, ni a ver la tamborrada, hay demasiado follón de gente para un pueblo (porque sigue siendo un pueblo) tan pequeño (aunque haya crecido bastante).
Así que yo hago los caracoles en mi casa. Tampoco voy a cogerlos como los señores viejitos (que he visto todos los días desde mi casa como los cogían en bolsas de plástico), me da bastante asco el tema de las babas (lo he visto hacer en mi casa de pequeña y es asqueroso), intento no complicarme la vida y compro los que vienen en bote (los de Gutarra); tampoco es que valgan tan caros.
He utilizado un bote de caracoles, jamón, pasta de pimiento choricero (de Zubia), cebolla, tomate, sal (no mucha, porque el jamón ya sala), aceite.
Primero cortamos la cebolla y la freímos (yo le echo sal), cuando esté doradita, echamos el jamón picadito, mezclamos, vamos removiendo para que coja todo el sabor y después echamos el pimiento choricero (yo lo echo a ojo), después el tomate, removemos bien otra vez para que se vayan juntando todos los sabores.
Después se echan los caracoles (el caldo del bote lo escurrimos en un cuenco) y se mueve con mucho cuidado, ya que las cáscaras se rompen fácilmente. Y poco a poco vamos echando el caldo que habíamos guardado en el cuenco.
Yo los suelo hacer el día anterior para que la salsa coja mucho más el sabor. Eso sí, yo me como la salsa, que está de toma pan y moja, los caracoles para mi pareja, jejeje (algún caracol he probado, pero prefiero no decir a qué saben).
¡¡Espero que os hayan gustado mis caracoles!!
